Huda Bin Aamer |
Los libios capturaron a la ministra “Huda Bin Aamer” (57 años), conocida por el pueblo como “la ahorcadora y chupasangre”. Dicha denominación fue por su historial criminal y la cantidad de allanamientos de casas y ejecuciones contra ciudadanos libios considerados opositores al régimen de Gaddafi, especialmente en los primeros años del golpe de estado de Gaddafi en 1969. Ella fue miembro de los Comités Revolucionarios, de las “amazonas revolucionarias” o “Monjas de la Revolución”, además de otros varios cargos entre ellos el último como “ministro de Control Popular”, donde su función real era más bien amedrantar a los demás ministros de Gaddafi, para que no salieran de la raya. También estuvo a cargo de la jefatura de la municipalidad de Benghazi, donde hoy día fue quemada su casa por el pueblo enfurecido a partir del 17 de febrero pasado.
Assadik Ash-shuehdi |
Ella ahorcó a 7 personas, pero la ejecución más salvaje que el pueblo libio no olvidó nunca es aquella de la que fue víctima el ingeniero de aviación, Assadek Ash-Shuehdi, el 5 de junio de 1984, coincidiendo con el segundo día del mes de Ramadán (Los libios tenían que ver por televisión cómo se ahorcaban opositores a Gaddafi justo a la hora de romperse el ayuno durante ese mes de Ramadán). A ese joven (foto) lo trajeron atado de manos al complejo deportivo de Benghazi, sentenciándole a ser ahorcado en ese preciso momento. El joven (de 30 años) estaba aterrorizado y repetía llorando “oh madre mía, oh madre mía”, mientras las multitudes de jóvenes y estudiantes escolares, traídos al lugar en colectivos para presenciar el hecho, miraban pasmados. Ella fue quien pateó la silla en que paraba Assadik, quien, ya suspendido por la soga siguió sacudiendo sus pies en señal de que está vivo. Ella, temiendo fracasar en su tarea asesina ante los espectadores, corrió hacia él y se colgó de sus pies con mucha rabia para forzar su muerte. Entonces él dejó de moverse. Pero cuando lo bajaron y los médicos lo revisaron se dieron cuenta que seguía vivo, por lo que lo trasladaron a un hospital cercano. Allí le practicaron una respiración artificial y enseguida se recuperó. Pero la alegría de quienes estaban tratándolo no duró. Llegó la orden de Gaddafi de aniquilarlo. Los médicos no quisieron obedecer, por lo que algunos miembros de los Comités Revolucionarios se prestaron a terminar la misión colocando en su boca una media llena de arena y con agujereos. Cada vez que intentaba respirar la arena se metía en su garganta y se lo impedía, hasta quedarse tieso sin vida..
La redacción de esta noticia es libre.
noticia original y fotos:
http://www.alarabiya.net/articles/2011/09/03/165197.html
& www.al-shouraffa.com
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